El año pasado, Wolfenstein: The New Order marcó el regreso de esta legendaria franquicia después de 5 años de ausencia. Ahora, MachineGames, estudio sueco conformado por antiguos desarrolladores de The Chronicles of Riddick: Escape from Butcher Bay que realizaron esta reinterpretación de la saga, vuelven para darnos más dosis de acción con esta más que interesante precuela.
Wolfenstein: The Old Blood nos sitúa en 1946; los nazis están a punto de ganar la Segunda Guerra Mundial contra los aliados y sólo un hombre será capaz de hacerles frente y detener los malvados planes de uno de los líderes del General Wilhelm «Deathshead» Strasse. Estoy hablando de B.J. Blazkowicz, el héroe americano que mejor sabe patear traseros nazis.
Para esta entrega, Blazkowicz deberá regresar al Castillo Wolfenstein para robar unos archivos que están en manos de Helga von Schabbs, cabeza de la división arqueológica de la SS.
En esos documentos se encuentran escritos todas las maniobras que prepara “Deathshead” para poner fin a la guerra y poder conquistar al mundo con el poderío tecnológico que poseen los nazis.
Sin embargo, Schabbs no será el único problema para nuestro protagonista ya que antes deberá hacer frente a Rudi Jäger, el comandante del castillo Wolfenstein. Jäger pondrá en más de un aprieto a B.J., no sólo cara a cara sino con el ejército de soldados nazis que hay por los alrededores.
Nuevamente el espíritu de los shooters de los 90s se hace presente en The Old Blood. Aquí las estrategias y la munición serán vitales para nuestra supervivencia. Un punto muy importante que vale mencionar es que no sólo haremos frente a los clásicos soldados del Tercer Reich, sino que habrá algún que otro momento donde aparecerán prototipos de drones y un robot en forma de perro, personaje que conocerán los que hayan jugado The New Order.
Y como siempre, infaltable a este Wolfenstein, también podremos gozar de momentos sobrenaturales donde los zombies intentarán arrancarnos la piel a mordiscos, una motivación más para sacar todo nuestro arsenal de armas contra ellos. Pero cuidado: No serán los típicos muertos vivientes; estos gozarán de una velocidad extraordinaria y manejan armas.
Pero no todo será así ya que nuevamente habrá secciones en el juego donde hará acto de presencia el sigilo. El planteamiento es el mismo que el de The New Order: Deberás eliminar a los generales que hay en la zona para que estos no alerten a los refuerzos; aquí se repetirá las formas de asesinato sigilosas que puede realizar B.J. sin ninguna misericordia. Como pasó en The New Order, aquí veremos lo torpe que sigue siendo la IA, pasando frente a un nazi y este ni se inmute en investigar la zona.
Pese a esto, no lo veo como un punto negativo debido que el juego en sí te invita a que te abras paso aniquilando a todo lo que se interpone en tu misión. Eso sí, como dije líneas arriba, no ir a lo Rambo será lo ideal pues nuevamente dependeremos de botiquines para que nuestra vida se mantenga a pie; y vaya que te sacarán más de un dolor de cabeza cuando llegues a ciertas zonas y la munición escasee.
Pasando a hablar un poco sobre las armas, estas no han innovado mucho que digamos. Nuevamente veremos la ya clásica pistola Luger, ametralladoras, escopetas y el nuevo objeto que se une a nuestro arsenal: Una tubería.
Esta simple herramienta no sólo nos servirá para romper algunos cráneos nazis, sino que será de gran utilidad para escalar ciertas paredes, algo así como haciamos en el reinicio de Tomb Raider, pero en esta ocasión, al llegar al borde podremos asomarnos y con una mano sacar nuestra pistola para disparar a quien esté.
Por otro lado, nuevamente tendremos la oportunidad de revivir el mítico Wolfenstein 3-D a través de las “pesadillas” que encontraremos en todos los niveles, a diferencia de The New Order donde sólo había uno en un nivel.
La narrativa vuelve a ser lo más interesante del juego, no por tratarse de una historia muy original sino por la forma en cómo se cuenta, teniendo los ya mencionados momentos de acción, diálogos con otros personajes y el carisma del personaje que dará momentos divertidos en ciertas situaciones, algo que me hizo recordar al humor que transmite Bruce Willis en Duro de Matar.
Lo que sí faltó fue darnos personajes más carismáticos; en este caso sólo tres personajes representan todo el juego mientras que en The New Order los que estaban cumplían un papel importante en la historia y eran trascendentes para que esta lleve su curso.
También se echó en falta momentos de decisiones como sucedieron en The New Order donde marcaban un camino diferente en la historia. En The Old Blood, sin embargo, todo se presenta como una historia lineal que sólo sirve de excusa para desatar el armagedón en el Tercer Reich.
En ciertas partes del juego habrá guiños hacia otros títulos de Bethesda, así que abran bien los ojos ya que aparecerán easter eggs de legendarias franquicias como Quake y Doom, así como un objeto de Skyrim.
Es necesario añadir además que esta precuela, al igual que The New Order, no cuenta con multijugador, pero sí tiene un Challenge Mode que nos permitirá revivir cada escenario pero con el añadido de ganar puntos mientras matamos a los enemigos. El puntaje final podrá ser compartido con tus amigos en una tabla de marcadores online.
En el aspecto gráfico, al igual que la anterior entrega, no ofrece detalles punteros pero sí que cumple con ciertos elementos de destrucción al momento de disparar contra objetos. El detalle de los personajes y las armas se mantienen correctas, mostrando adecuadamente los gestos para cada situación que se nos presente.
Finalmente, en el aspecto sonoro el soundtrack del juego cumple con su función de darnos simpáticas melodías acordes a los momentos clave que vivimos, incluyendo una melancólica canción en los créditos. Con respecto al sonido de las armas, estas suenan muy bien al ejecutarlas y se viven momentos muy divertidos cuando nos encontramos en medio de un tiroteo contra los enemigos.
Wolfenstein: The Old Blood sorprende una vez más con su acción desenfrenada, su humor negro, un B.J. Blazkowicz que está en forma y listo para patear traseros y la vuelta al castillo Wolfenstein, lugar que abre nuevamente sus puertas para enseñar los más oscuros y siniestros secretos que guarda entre manos el Tercer Reich.