Está bien, lo admito, nunca en mi vida he jugado un Hitman. Por ende, en un comienzo no pude evitar sentir cierta desconexión con Hitman 3. Para mi buena suerte, este título existe y hace un gran trabajo en inmersarme en el mundo del Agente 47. Por otro lado, siempre he sido alguien que quiere tomar el camino más sigiloso que puede, pero siempre termina fallando. Nuevamente, este juego se puso las pilas y me forzó dominar el arte del stealth. Descubre a que me refiero en este review.
Hitman 3: El fin de la trilogía
Como ya es tradición para mis reviews, tengo que empezar con la trama. Hitman 3 le pone fin a la trilogía del “World of Assassination” creada por IO Interactive con el primer título de la serie en 2016. En este caso, el Agente 47 se ha aliado con Diana Burnwood y su amigo de la infancia, Lucas Grey, para terminar con Providence, un gobierno secreto y el principal antagonista de esta nueva saga.
Este es uno de los aspectos donde mas ambivalencia sentí al no haber jugado ninguno de los títulos previos. Para mi buena fortuna, antes de empezar con la primera misión, el juego me presentó con el resumen más puntual que un ser humano puede pedir. De esta manera, antes DE tocar mi primera tecla ya tenía una idea clara del universo al que me estaba adentrando.
Un mundo variado
Hablando de misiones, a lo largo de la historia, el Agente 47 tiene que visitar 6 locaciones diferentes alrededor del mundo: Dubai, Dartmoor Berlín, Chongqing, Mendoza y Los Montes Cárpatos. Cada una de ellas es extremadamente variada. Si bien es cierto que a la larga en cada uno de estos lugares tu misión es eliminar ciertos objetivos, como lo logras cambia radicalmente de sitio en sitio.
La variedad es la sal de la vida
Es en esta parte cuando hablo de cómo Hitman 3 me ayudó a volverme un maestro del sigilo. La primera vez que visitas estos niveles, el juego te lleva un poco de la mano. Esto puede resultar un poco intrusivo para algunos jugadores, pero para mi fue una salvación. Con cada paso que daba, tenía a alguien en mi oído guiándome a mi siguiente objetivo. Para mi segundo y tercer intento ya era una máquina de matar sin ser visto, atrapado o atacado.
Eso último me recuerda: hay un valor especial envuelto en volver a jugar cada una de las misiones. En cada locación existe la posibilidad de abrir un atajo o camino. De esta manera, cuando lo vuelves a visitar podrás tomar esa ruta que abriste antes. Esto le da un nivel mayor de rejugabilidad a cada nivel que es difícil de igualar.
Otro aspecto que aumenta el valor de rejuego es la gran cantidad de maneras que tienes para eliminar a tus objetivos. Después de todo, el Agente 47 es un especialista en este tipo de cosas. Sin entrar a territorio de spoilers, en solo la primera misión tienes tantas opciones que a veces no sabrás cuál elegir. Desde sencillamente envenenar a tu presa a cambiar su pelota de golf por una explosiva, la decisión es tuya. Personalmente, mi método favorito fue usar el plátano.
Equipado para matar
Por último, vale la pena mencionar la gran cantidad de gadgets y armas a los que nuestro protagonista tiene acceso. Ya mencioné cosas poco ortodoxas como la pelota de golf y el plátano, pero también existen objetos como el “Fiber Wire”. Este alambre de fibra es, en mi humilde opinión, lo que uno llamaría la vieja confiable, perfecta para eliminar a personas por detrás. Para Hitman 3, un aparato que fue agregado fue la cámara, la cual te permite escanear objetos y hackear seguros, dándote inteligencia vital y acceso a diferentes lugares.
Visualmente hermoso
Previamente hablé de los variados que son las diferentes locaciones que visitas. Algo que no mencioné es lo bien que se ven. Cada nivel cuenta con un nivel de detalle que es difícil de creer. Desde el edificio más alto del mundo en Dubai con su estilo refinado y lujoso que te hace sentir diminuto, pasando por los tonos sombríos y sensación de tragedia que te genera Dartmoor y su mansión al alocado mundo de las discotecas y tecno de Berlín; estos lugares palpitan vida.
Ahora, para IO Interactive, me saco el sombrero metafórico que no tengo. El estudio danés se lució con el nivel gráfico presentado en Hitman 3 y lo mejor de todo es que no es tan demandante. Para contexto: lo jugué en PC y cuando me pidieron que haga la reseña pensé que mi pobre tostadora equipada con un procesador i5-4670K de 3.40GHz y una GTX 1650 de 4 GB no sería suficiente para correr el juego. Para mi sorpresa, mantuvo un frame rate constante de 60. Obviamente, no tenía todo al máximo. Pero, aún así, el juego se veía muy bien.
El sonido de la muerte
En Hitman 3 juegas como uno de los mejores asesinos que el mundo haya visto. Por ende, es necesario que la música que te acompaña genere esa sensación de que eres una fuerza imparable de la naturaleza y, para ser justo, lo logra. El soundtrack sinfónico cae perfecto para los diferentes momentos del juego. Personalmente, si tengo que elegir uno, me quedo con el retumbante tema principal.
Volviendo al pasado
¿Se acuerdan cuando dije que Hitman 3 hace un excelente trabajo en crear una conexión con el resto de la trilogía? Bueno, eso es gracias a una de sus funciones más agradables: la posibilidad de jugar los niveles de las 2 entregas anteriores. Si eres dueño de los otros dos juegos, puedes importar los niveles y experimentarlos con todas las mejoras que vienen en este título.
En mi caso, yo recibí el pack que incluía todas las misiones del primer Hitman, por lo que pude jugarlos dentro de este nuevo juego. Esto me ayudó a entender más el mundo en el que me encontraba y a crearme una figura mental de todo lo que estaba pasando. Ahora solo me falta jugar los niveles del segundo, así que, si me disculpan, tengo gente que eliminar.
Bueno, hemos llegado al final de este review. Es en esta parte en la que tengo que dar un veredicto final sobre Hitman 3 y la verdad es que no sé como calificar mi experiencia en una sola palabra. Este juego fue capaz de generarme interés en una franquicia que nunca antes había sentido la molestia de explorar, lo cual es un logro para ser honesto. Y como si eso fuera poco, me convirtió en el ser sigiloso que siempre quise ser. ¿Qué puedo decir? Es una obra maestra y el cierre perfecto para la trilogía.
