Increíble pensar que ya hayan pasado 7 años desde que Dark Souls entró a nuestras vidas llenas de tutoriales, cinemáticas, mapas y enemigos fáciles para demostrarnos que aún había lugar para juegos difíciles.
Dark Souls fue una sorpresa tan grande (seamos francos, nadie jugó Demon0s Souls o King’s Field) que tuvo prácticamente 3 secuelas (una espiritual) y un montón de clones que han tratado de imitar su éxito con mayor o menor medida. Incluso hizo que muchos periodistas de forma increíblemente floja empezarán a describir a los juegos que presentaban un reto como “El Dark Souls de X”.
Es un juego icónico y un clásico como pocos, menos aún esperándolo de un desarrollador tan irregular como FromSoftware que tenía una trayectoria bastante mediocre llena de juegos que pasaban rápidamente a descuento como Ninja Blade y franquicias nicho como Armored Core o Tenchu.
Tal y como su subtítulo lo indica, aquí tenemos más un remaster que un remake, por lo que quienes esperaban una experiencia de juego nueva estarán muy defraudados y los que querían lo mismo pero mejor estarán más que contentos. Aquí estaremos hablando explícitamente de la versión de consolas estrictamente caseras dado que la versión híbrida para Nintendo Switch se ha postergado.
Para los nuevos que van a probar por primera vez esta experiencia, Dark Souls es un RPG de acción en tercera persona donde al inicio podremos personalizar la apariencia física de nuestro personaje y su clase, pudiendo elegir entre 10 opciones como guerrero, clérigo o hechicero de fuego.
La elección de clase es una de las cosas más importantes del título (especialmente para los principiantes) porque nuestros puntos de habilidad iniciales y armas serán distribuidos según lo que hayamos elegido inicialmente. Por ejemplo: si escogemos un guerrero vamos a empezar solo con un escudo y una espada mientras que si escogemos hechicero empezaremos con un hechizo de fuego para atacar a los enemigos a distancia.
Dark Souls no es un juego para todos, es un juego que recompensa el esfuerzo y la constancia mientras que castiga a los que quieren irse por el camino fácil o se pasan de avaros.
El sistema de combate es relativamente simple, con dos botones para la mano derecha y dos para la izquierda. La mayoría estarán equipados con un escudo y una espada o, en caso contrario, un escudo y un báculo para los hechizos. Todo se basa en saber cuándo defenderse con el escudo y cuando atacar. Pero, los jugadores más avanzados utilizarán técnicas más complicadas como usar el arma principal con las dos manos para hacer más daño y evitar los ataques rodando, otros haciendo parry con el escudo o incluso poniéndose detrás de los enemigos para hacer un ataque crítico.
De forma similar a los juegos de peleas, el 80% de tener un encuentro exitoso solo se basa en saber cuándo defenderse y atacar, pero el 20% que puede hacer más sencillo el juego es conocer y practicar las técnicas más avanzadas. Esto es genial porque es accesible para los nuevos jugadores y les permite profundizar en sus maniobras y estrategias más adelante.
Desde el primer nivel vamos a ver que el juego no cuenta con un minimapa ni botón de pausa y lo único que te enseña es con qué botón te mueves y atacas; ahí termina. En dicho primer nivel vamos a enfrentarnos a calaveras que no tendrán piedad ni duda en destrozarnos y a un jefe que es más grande que nuestra pantalla. Este nivel introductorio es genial porque de primeras establece la ideología que el juego quiere transmitir a los jugadores y la filosofía de sus creadores: juega bien o muere.
Muchas veces se ha discutido sobre la barrera de jugar estos títulos, argumentando que deberían tener opciones de dificultad para poder ser accesible a los jugadores menos experimentados. Si bien esto ayudaría a muchas personas a terminar Dark Souls, iría en contra de los deseos de los desarrolladores quienes han creado esta experiencia de forma muy meticulosa para que los jugadores que deseen superarse a sí mismos y al mundo sin piedad que les espera puedan disfrutarla.
Al vencer enemigos tu personaje ganará almas, las cuales puede usar para subir de nivel y conseguir mejoras en sus stats, muy útil dado que las armas y armaduras tienen un requisito mínimo para poder equiparlas (similar a Diablo). Pero aquí viene la parte divertida y el dolor de cabeza más grande de muchas personas: Para grabar tu progreso tienes que prender una de las numerosas fogatas que encontrarás en el juego. Ahí puedes darle uso a tus almas y si mueres reaparecerás en dicho lugar.
Pero, también al morir, tus almas se quedarán en donde pereciste la última vez y para recuperarlas tendrás que ir a dicho lugar sin fallecer o se perderán para siempre. También todos los enemigos (menos los jefes) reviven cuando descansas en una fogata o cuando estiras la pata, así que es importante pensar dos veces antes de descansar en una de ellas.
Los niveles en Dark Souls son grandes. No enormes, pero lo suficientemente amplios como para poder explorarlos y memorizar los caminos. El morir de forma constante para bien o para mal ayuda a aprenderte el mapa pues tendrás que recorrer el mismo camino una y otra vez hasta superar el reto y llegar a la vigente fogata.
Uno de los puntos más fuertes de este juego son las batallas contra los jefes. Dark Souls posee un catálogo bastante variado de diferentes jefes con distintos patrones de ataque, historia y estética. Estos jefes son bastante difíciles de derrotar y tomarán decenas de intentos si decides hacerlo solo y es ahí donde entra uno de los componentes principales del juego: el modo online.
En Dark Souls encontrarás diferentes cosas en tu camino. Una de ellas son mensajes dejados por otros jugadores que te puede prevenir de monstruos difíciles o trampas para que no caigas en ellas. También podrás encontrar marcas de invocación en las que podrás invocar a otros jugadores para que te ayuden, pero también se puede prestar a que vengan jugadores enemigos que tratarán de acabar contigo. Esto es especialmente útil cuando tienes que enfrentarte a los jefes y no quieres hacerlo por tu cuenta.
Dark Souls desprende encanto lovecraftiano por todos lados: diseño de armaduras, enemigos, jefes e incluso la intrincada e indirecta forma de contar la historia, pero con ese toque japonés que le agrega un encanto extra a este terrible mundo. La dirección de arte es muy fuerte y ahora lo podemos disfrutar mejor que nunca.
Este remaster trae mejoras tanto gráficas como jugables que podrían o no ser del agrado de todos. Empezando por la parte gráfica, ahora el juego cuenta con iluminación volumétrica similar a la usada en Dark Souls 3, por lo que muchas áreas y objetos se verán ligeramente distintos a como la gente los recuerda.
Este cambio podría no ser del agrado de todos porque, si bien la gran mayoría de texturas son las mismas (aunque con una resolución mayor, claro), el cambio de iluminación hace que muchas partes del juego tengan un feel distinto.
Imagen comparativa cortesía de Digital Foundry.
Por otro lado, al aparecer en consolas mucho más poderosas a las que salieron en el 2011, la resolución subió de 720p a 1080p tanto en Xbox One como en PlayStation 4, mientras que su resolución en sus hermanas mayores es de 1800p. Si bien no es 4K nativo, sigue siendo una mejor opción que 1080p, aunque el hecho que Xbox One X comparta la misma resolución que la PS4 Pro a pesar de ser más potente deja mucho que pensar.
La mejora más importante del juego es que ahora corre a 60 cuadros por segundos a diferencia de los casi 30 (con muchas caídas) que era la versión original. Esto se traduce en que ahora el movimiento y los combates serán mucho más fluidos sin sufrir las terribles caídas de frames vistas en el PS3 y Xbox 360.
El modo online experimentó mejoras, pudiendo tener hasta a 6 jugadores en batallas de la arena en lugar de los 4 del juego original. Además, ahora tiene conexiones privadas P2P junto con servidores dedicados, así que habrá Dark Souls online por un largo, largo tiempo.
Dark Souls Remastered es una excelente excusa para los veteranos para volver a Anor Londo y la mejor forma de experimentarlo para los nuevos sin perder nada de la esencia original. El hecho que tenga un precio de $40 y que venga con el DLC Artorias of the Abyss solo hace de este paquete aún mejor.