Luego del alabado Assassin’s Creed IV: Black Flag y su excelente gameplay, especialmente en cuestión a sus aventuras en barcos piratas, miles se cuestionaron: ¿Por qué no hacer un juego que sea exclusivamente sobre el manejo de barcos y la piratería? Ubisoft pensó lo mismo y el año pasado reveló Skull & Bones, un juego de piratas donde los barcos son los protagonistas y tras mostrar el gameplay en su conferencia de E3 de este año, tuvimos la oportunidad de probar el anhelado juego en el showfloor del evento.
Elige tu camp… eh, barco
Los barcos son las estrellas de Skull & Bones y lo primero que vimos en el demo fue la gran selección de estos que habían habilitados. Estos funcionan como cualquier sistema de clases: hay unos grandes que disparan a larga distancia, pero también otros que, a pesar de ser de corto alcance y no tener la magnitud de sus contrapartes, tienen un potencial de daño es muchísimo más efectivo. Estos también cuentan con una habilidad y ataque especial propio. Además, se pueden personalizar.
No esta confirmado cuantas opciones tendremos disponibles, pero el sistema funciona y da un sinfín de oportunidades para que los jugadores combatan de la forma que más les plazca. En el demo una vez muerto podías cambiar al barco que quisieras. Tuve la oportunidad de hacerlo y la diferencia sí que fue significativa. Primero elegí un navío estándar en todo sentido con un especial que otorgaba un tiroteo masivo de bombas.
Me costó unos minutos en comprender sus ataques y cuando este se hundió tras uno de las tantos enfrentamientos que tuve, decidí elegir uno pequeño. Este tenía un gameplay era más físico en todo sentido y personalmente me costó aún más tiempo entender su forma de jugar; sus ataques eran de corto alcance y su movimiento especial consistía en golpear directamente a otros barcos con un arpón ubicado en el frente del nuestro.
El mar y sus posibilidades
El demo duró 20 minutos y en él nos adentramos 9 personas al mismo tiempo, completos desconocidos que poco sabía afectarían mi experiencia de juego. En esta pequeña prueba del título teníamos completa libertad de hacer lo que queríamos. Podíamos navegar por los mares encontrando embarcaciones NPC’s de distintas alianzas y de distintos niveles. La decisión de entrarle a la piratería y atacar es completamente propia, pero una vez lanzado el primer golpe este no se detendrá hasta que uno de los dos haya caído. Claro que eso depende también de su nivel.
En primera instancia me enfrenté a algunos barcos de niveles bajos. Tras bajarles su vida al mínimo, el juego me dio la opción de abordar al enemigo y robarle sus tesoros. Lo del robo se da por medio de una cinemática y no por gameplay matando al capitán como se hacía en Black Flag. Siguiendo por el mar en un intento de robar otro de estos barcos pequeños, ignoré por completo que cerca a mis presas se encontraba otro de nivel muy superior que pertenecía a la misma alianza del primero.
Al instante el poderoso navío me comenzó a atacar y quedé tan dañado que solo me quedó escapar. Los barcos tienen la habilidad de auto-repararse, pero esto toma unos segundos, cuanta con un tiempo de cooldown y es limitado. A pesar de la curación, el barco me alcanzo y me terminó hundiendo.
Es aquí donde entra otras de las variables del juego. No es que me haya alcanzado por ser más veloz, sino que fue consecuencia del viento. La dirección de este limita la movilidad y velocidad de los barcos; ir en contra de él es casi una acción suicida si te encuentras con la necesidad de escapar.
Aparte de los encuentros en el mar también teníamos la oportunidad de participar en misiones que constaban en robar tesoros específicos de algunas embarcaciones o llegar a distintos lugares exóticos, pero el corto tiempo que tenía para jugar me limitó a no poder cumplir varias de estas.
Amigos y enemigos
Lo ultimo por destacar de la demo fue la presencia constante de las otras 8 personas que estaban presentes conmigo navegando el mismo océano; claro que cuando se lance el juego esos 8 se convertirán en muchísimos más en línea. La interacción con estos también es de propia decisión: las personas pueden ignorarse, derrotarse e incluso aliarse cuando hay problemas; pero eso no te asegura que luego no saldrás traicionado por tu nuevo compañero o él por ti.
En el demo solo pude interactuar con una de estos jugadores durante una pelea que tenía con un barco NPC de alto nivel el cual me estaba dando una paliza. Lo que pensé era mi salvación llegó, pero cruelmente en vez de ayudar al ver que se trataba de otra persona se encargó de terminarme por completo. Pero poco sabía que el barco NCP iría tras él. Aunque nunca supe el desenlace de ese enfrentamiento, ojalá haya corrido con la misma suerte que yo.
Skull & Bones fue uno de los demos más divertidos que tuve la oportunidad de disfrutar este año en el E3 y los 20 minutos que tuve con él fueron suficientes para probar las distintas oportunidades que ofrece el juego, aunque todavía habrá que esperar hasta el 2019 para que por fin los barcos salgan a flote.