Shadow of the Colossus se ha convertido en una obra de culto. Desde su lanzamiento allá por el año 2005 en el PlayStation 2, esta obra cumbre de Team ICO estuvo muy adelantada a su tiempo, siendo uno de los títulos que cerraban el ciclo de vida de la consola de Sony.
A pesar de tener una PS2, nunca tuve la oportunidad de probar este juego – echando la culpa a mi poco interés de investigar títulos más nichos dentro de su catálogo – y el remaster en PS3 también fue ignorado. No ha sido recién hasta este mes cuando se me dio la oportunidad de tener entre mis manos este remake.
Esta vez fue realizado por Bluepoint Games, quienes ya han tenido experiencia en temas de remasters trabajando en Metal Gear Solid HD Collection y God of War Collection en PS3; mientras que en PS4 trabajaron en la versión de consola de Gravity Rush.
En el caso de esta nueva versión de Shadow of the Colossus, muchos fanáticos no estuvieron contentos cuando se anunció por primera vez, pensando en lo innecesario que sería tras ya haber tenido una remasterización en el pasado. Sin embargo, todas estas críticas se silenciaron cuando por fin tuvimos el juego frente a nosotros. Me atrevo a decir que Bluepoint ha hecho un impecable trabajo que bien parece una IP de esta generación.
Este remake ofrece una nueva perspectiva al mundo del juego, cambiando por completo los majestuosos escenarios de la tierra prohibida y esos terrenos fantásticos donde nuestro protagonista, el joven Wander, deberá hacer frente a los gigantescos colosos para recibir un favor que le pide al espíritu Dormin: devolverle la vida a Mono, su amada.
Junto a nuestro fiel caballo, Agro, emprenderemos la búsqueda de los 16 colosos acompañado solo del sonido de nuestro corcel y guiándonos por la luz de nuestra espada. Al entrar en contacto con un coloso, una música de fondo se escuchará, como si nos avisara de que debemos atacar.
Las batallas con los colosos se pueden calificar con diferentes palabras: impresionantes, inigualables, únicas. Cada lucha va de la mano con el uso de una nueva estrategia para vencer a los poderosos y diversos gigantes.
Colosos fuertes, pero lentos
En temas de jugabilidad, esta nueva versión pretende no desprenderse de la entrega original, ofreciendo controles “clásicos” para quienes estén acostumbrados a la no amigable cámara del juego y a los controles originales de nuestro personaje. Sin embargo, hay nuevas opciones enfocadas en un control “moderno” que mejoran ligeramente nuestro control sobre Wander. Pero, como todo, es cuestión de acostumbrarse.
Para quienes hayan pasado en su tiempo la entrega original o, en su defecto, el remaster de PS3, las batallas contra los colosos serán muy fáciles pues ya sabrán cómo y dónde atacar. Caso contrario sucede con los recién llegados – como yo – a quienes las peleas pueden tomar su tiempo, teniendo que repetir el combate hasta agarrarle el truco.
Por otro lado, la IA de los colosos no es la mejor. Esto se debe a que los han creado lentos a propósito. Esto se compensa, a su vez, haciendo de ellos unas bestias enormes y fuertes.
Otro cambio importante reside en la funcionalidad de los templos. Antes podías rezar ahí para grabar tu partida. Ahora solo sirven para recuperar tu salud y actuar como checkpoints, el juego ahora contando con un sistema de autoguardado.
La duración del juego ronda las 6-10 horas, aunque trae rejugabilidad a la hora de desbloquear objetos y secretos que pasamos por desapercibido. Lo más interesante de esto es que podemos jugar en modo difícil de manera directa, algo que en las versiones pasadas se tenía que desbloquear.
Es como si Ueda hubiera hecho el juego este año
El apartado técnico es de otro nivel. Bluepoint Games mantiene todo el estilo del juego original, mejorando las texturas e introduciendo una iluminación superior, así como otras opciones para jugar con filtros activados – como el modo foto que se convierte en un vicio al querer inmortalizar la belleza del juego –.
En un PS4 normal el título luce fantástico y presenta gran fluidez, a pesar de no llegar a los 60 cuadros por segundo como sucede al experimentarlo en un PS4 Pro. Este último puede sacrificar su aumento en fluidez para mostrar la hermosura del juego en glorioso 4K.
La banda sonora es otro de los aspectos más increíbles del título. El OST compuesto por Kow Otani se luce completamente cuando luchamos contra los colosos, otorgando más de una emoción al combate, además de quedar a la perfección con las cinemáticas.
Como mencionamos más arriba, gran parte del juego – cuando recorres el extenso mapa – provoca en el jugador un sentimiento de soledad al solo escuchar los efectos sonoros del viento, la caminata de nuestro protagonista o el galopeo de tu caballo. Y eso es parte de la magia, saber jugar con el silencio.
Shadow of the Colossus es definitivamente el juego de culto que todo el mundo alababa. Con bastante incredulidad creía ingenuamente que no iba a sorprenderme, pero terminó convirtiéndose en uno de esos títulos indispensables que recomendaría cuando alguien me pregunte qué juegos probar en el PlayStation 4.