Aunque no lo parezca, Godzilla tiene una gran cantidad de representación en los videojuegos. El Rey de los Monstruos como se le conoce ha estado en el octavo arte desde finales de los 80’s, con diferentes niveles de éxito. Una de sus entregas más populares fue Godzilla: Destroy All Monsters Melee, el cual se lanzó en 2002 para el Nintendo GameCube y Gameboy Advance. Una versión para Xbox se lanzaría un año después. Siendo el segundo juego más popular con Melee en el nombre, quise revisitarlo y ver si se mantiene como el glorioso Battle Royale de monstruos que recuerdo.
Por lo general, empezaría por la trama, pero, teniendo en cuenta que Godzilla: Destroy All Monsters Melee es antes que nada un juego de peleas, démosle un vistazo al gameplay antes. El juego te da a elegir entre un total 12 personajes diferentes: 2 versiones diferentes de Godzilla (la de los 90’s y la de los 2000’s), Anguirus, Destoroyah, Gigan, King Ghidorah, Mecha-King Ghidorah, Megalon, Orga, Rodan y Mechagodzilla.
Todos los monstruos cuentan con los mismos tipos de ataques: puñetes, patadas, golpes de cola y rayos láser. El problema es que, salvo por los diseños y una que otra animación, todos los personajes se juegan exactamente igual. Pero, cuando eres un niño que solo quiere ver a Kaijus pelear entre ellos mientras causan destrozos por toda la ciudad, no te llega importar.
Más allá de esto, el juego te presenta con los clásicos modos de juego a los que estás acostumbrado. Tienes el modo historia o arcade, que básicamente te cuenta la historia mientras te enfrentas a varios de los monstruos; el modo survival que básicamente te pone un límite de tiempo para lidiar con enemigos; dos tipos de versus diferentes, 1 vs 1 y por equipos; y finalmente está destruction, donde el objetivo es destruir más que tu oponente.
Ahora, es cuando hablo de la trama, porque, para ser honesto, no es nada por lo que escribirías a casa. La historia de Godzilla: Destroy All Monsters Melee empieza con la invasión de los Vortaak, una raza alienígena tan genérica como olvidable. Su plan consta en tomar control de todos los monstruos en la Tierra para conquistarla. Pero, convenientemente, uno de ellos se libera y ahora deberá enfrentar al resto. Ves, te dije que no era nada especial.
Para un título del 2002, Godzilla: Destroy All Monsters Melee no se ve mal, si algo, se ve acorde con la época en la que fue lanzado. Los monstruos cuentan con un buen nivel de detalle y son fieles a su representación en la pantalla grande, eso es bueno. Los escenarios también son cumplidores, ninguno realmente destaca del otro, y si no fuera por los slides antes de cada pelea anunciando la ciudad, no los diferenciarías. Pero, nuevamente, cuando eres un niño y ves edificios volar y explotar por todas partes, la variedad no es la mayor de tus prioridades.
Por último, la música, que para ser honesto no es lo más memorable del mundo. El soundtrack está compuesto por varias versiones orquestales de temas que escucharías en una película de Godzilla, que, por lo general, se pierden entre los sonidos hechos por los monstruos a la hora de pelear. Lo cual me recuerda que los personajes suenan bien, por más que solo sean gruñidos, alaridos y chirridos. Todos mantienen sus sonidos icónicos de la gran pantalla.
Entonces, ¿es Godzilla: Destroy All Monster una obra maestra que debe ser estudiada por los historiadores de videojuegos? No, pero necesitaba serlo, tampoco. Sencillamente, es el equivalente a un fan de la franquicia tomando sus juguetes y haciendo que se agarren a golpes solo por diversión. Aun así, en retrospectiva, eso era todo lo que necesitabas cuando eras niño, monstruos gigantes destruyendo todo lo que se pone enfrente, incluso otro monstruo.