Desde junio del 2017, el juego mejor conocido alrededor del mundo como PUBG, uno de los instigadores del género Battle Royale que estalló este año, ha baneado a más de 13 millones de jugadores que fueron detectados utilizando herramientas de hackeo y cheating, según lo que reveló la empresa Bluehole, desarrolladora del juego.
No es sorpresa que muchos jugadores tengan acceso a software malicioso que busca poner a algunos en una posición de ventaja, sobre todo si consideramos que este fenómeno es muy habitual en los juegos, sobre todo los que manejan una faceta competitiva, en línea, y en PC como su plataforma de elección.
PUBG se ha visto severamente afectado por la facilidad con la que los usuarios pueden sobrepasar las protecciones anti-hacking que existen dentro del juego. La herramienta más utilizada por estos usuarios es la del uso de aimbots, programas que toman control de la perspectiva del jugador, haciendo que pueda disparar a puntos críticos sin fallar ni una bala. Por esta reputación, PUBG ha tenido bastantes problemas para mantenerse a la par con juegos que compiten con él en el mercado de los títulos Battle Royale, más notoriamente, Fortnite.
Por este motivo, ya se están tomando medidas más estrictas a partir de su último parche, el cual busca implementar herramientas especializadas en detectar software malintencionado, acabando con los hackers antes de que puedan arruinar la experiencia para los demás competidores. Esperemos que esto mejore la experiencia de los usuarios en general.
PlayerUnknown’s Battlegrounds está disponible para Xbox One, PC y dispositivos Android y iOS.