En un mundo donde habrá una nueva cinta de Resident Evil, cancelan Silent Hills, The House of the Dead ya ha pasado a ser un recuerdo y el terror no está interesado en dar miedo nos llega un nuevo título de horror cliché: Amy.
Amy es un juego que por desgracia vio la luz en el 2012 gracias a VectorCell, estudio que ya pasó a mejor vida luego de desarrollar el remake de Flashback y no conseguir buenos resultados tras esto.
Pero no nos desviemos del tema, nuestra cita es con Amy, juego que intentó ofrecer el viejo terror psicológico que veíamos en los primeros Silent Hill y haciendo frente a seres inhumanos. Como es evidente, el juego solo quedó en eso: un intento.
Empezamos hablando un poco de la historia. Tenemos dos protagonistas: Lana, mujer que protege a la pequeña Amy sin saber cómo manejar ningún tipo de arma de fuego ni nada por el estilo – pero extrañamente puede correr muy bien teniendo tacos puestos –; y Amy, una niña autista – no es broma esto – de 8 años que tiene poderes psíquicos similares a los de Mewtwo.
Ambas mujeres se encuentran atrapadas en el mundo post-apocalíptico del año 2034 donde los humanos se transforman en zombies debido a un virus mortal y como la joven Amy es la única esperanza para la humanidad se decide que lo mejor es llevarla lejos.
Pero no estaremos solos en nuestra cruzada para encontrar a los responsables de este atroz acto. Al principio del juego conoceremos a un italiano que desde el comienzo ya sabes que está condenado a morir pues es necesario para que la narrativa tenga sentido.
Pronto descubrirás que los infectados no serán los únicos enemigos y nuestro mayor rival será el sistema de control que no ofrece nada novedoso, salvo lo ortopédico visto en las entregas pasadas de Silent Hill o Resident Evil.
Pero también habrán dificultades cuando estemos en plena huída y el personaje se quede atrapado en una pared, convirtiéndose no en víctima de los infectados, sino de aquella malvada parte del escenario que nos impidió salir victoriosos.
No solo tus torpes habilidades te ayudarán a salir vivo/a de los diferentes escenarios que presenta el juego, sino que también abusarás de la confianza que te tiene Amy para que realice tus tareas por ti.
En un intento de maltrato al menor, Amy hará hasta lo imposible para desactivar sistemas de seguridad, entrar en agujeros para activar dispositivos y derrochar sus habilidades psíquicas para que Lana sienta envidia.
Con respecto al aspecto gráfico el trabajo fue paupérrimo, no solo en la forma en cómo diseñaron a los personajes sino también en el aspecto técnico ya que sufriremos de constantes caídas de frames en diferentes zonas, lo que entorpece más la experiencia si es que aún no has cortado el juego.
Como es evidente, mientras vamos avanzando en la historia – insisto, si es que aún no has cortado el juego – sabremos que una malvada corporación genérica quiere tener a Amy en sus garras para utilizar sus poderes y dudo mucho que sea para salvar a la humanidad.
Para intentar finalizar este artículo debemos hacer mención al parche que sacaron para el juego corrigiendo ciertas cosas como lo mal posicionado que estaban los checkpoints cuando perdíamos ya sea por culpa de la pequeña Amy o de lo horrible que se pone la cámara del título haciéndonos perder de vista a los enemigos que nos están siguiendo.
Y ni hablar de la inclusión en las opciones del juego de ponerlo en Modo Original o Parchado. No se quien tuvo la ingeniosa idea de que alguien podría querer jugar con bugs.
Definido como un título de terror con elementos de sigilo – lo cual me parece un chiste esto último –, Amy quiso devolver la forma en como veíamos los viejos títulos de terror y sorprendernos así como sucedió con las ya míticas sagas de Resident Evil y Silent Hill.
Sin embargo, el juego sólo sorprenderá por el terrible trabajo que hicieron sus creadores. Por fortuna el título solo llegó de forma digital al PlayStation 3 y Xbox 360, limitando la posibilidad de que alguien lo compré accidentalmente.