La corrección política es un tema cada vez más presente en el mundo del entretenimiento, y su influencia se ha extendido notablemente a los videojuegos. Mamoru Oshii, aclamado director de anime responsable de clásicos como Ghost in the Shell y Angel’s Egg, compartió recientemente su visión crítica sobre cómo esta tendencia está afectando negativamente no solo a la industria del entretenimiento, sino también a la sociedad en general.

En una columna mensual publicada por el medio japonés Pia, Oshii abordó la creciente preocupación por la desinformación y aprovechó para reflexionar sobre cómo figuras como Donald Trump ganan apoyo precisamente por rechazar la corrección política. Según Oshii, muchos lo ven como un héroe no por sus políticas, sino porque desafía abiertamente esa corriente social.

¿Qué dijo Mamoru Oshii acerca de la corrección política?

El director explicó que, si bien la corrección política nació con la intención legítima de proteger a grupos vulnerables, el problema radica en cómo esta ha evolucionado. En lugar de fomentar la inclusión desde una base justa, ha derivado —según él— en otorgar privilegios que distorsionan la competencia y la creatividad. “Ahora se prioriza la admisión a universidades o empleos solo por pertenecer a ciertos grupos, y hasta se cobran enormes sumas por asesorías para adaptar contenidos bajo estos criterios”, comentó, refiriéndose a consultoras como Sweet Baby Inc., conocidas por sus servicios de revisión narrativa en videojuegos.

Desde su experiencia en anime y videojuegos, Oshii expresa una clara aversión a la imposición de la corrección política en estos medios. Para él, el entretenimiento se basa en la aspiración, en la posibilidad de soñar y escapar de la realidad. “Los videojuegos son una forma de evasión, y en ellos la gente busca personajes bellos o adorables. ¿Por qué tendríamos que incluir personajes que no lo sean?”, cuestiona.

Ni Disney se salvó de Oshii

También mencionó el caso de la fallida adaptación live-action de Blancanieves por parte de Disney, criticando que los cuentos clásicos sean usados como plataformas para agendas ideológicas. “Reinterpretar está bien, es parte del arte. Pero cuando esa reinterpretación tiene como único objetivo enviar un mensaje político, se pierde el alma del cuento”, afirmó.

En definitiva, Oshii plantea una conversación incómoda pero necesaria: ¿hasta qué punto la corrección política está limitando la libertad creativa en los videojuegos? En una industria donde la imaginación y el escapismo son fundamentales, la respuesta podría tener implicaciones profundas.

Comparte este post:
Publicado por:

Aficionado al manga y el anime. Los videojuegos me enseñaron más inglés que las clases en cualquier lado. La mayonesa sobre el chaufa es la muestra fehaciente que estamos avanzando en la dirección correcta como especie.

Sígueme

Twitter