Han pasado cinco años desde que Hidekata Miyazaki nos entregó Demon’s Souls y posteriormente Dark Souls, juegos que se hicieron notar por su elevada dificultad y nulos tutoriales que hacían recordar a los juegos de antaño donde solo primaba la habilidad y capacidad de poder ir hacia lo desconocido. Juegos notablemente castigadores que recompensaban la paciencia y estrategia de los jugadores mientras que hacían imposible superarlo a los que se apresuraban o actuaban de forma impulsiva.
Después de 3 años de ausencia, Miyazaki vuelve con Bloodborne y en exclusiva para Playstation 4 como se anunció en el E3 de este año. Un juego que bebe directamente de Dark Souls y Demon’s Souls al ser un juego difícil pero gratificante a los que son pacientes. Además de agregar algunas modificaciones propias como el hecho de orientarlo mas a la ofensiva al no dejar llevar escudo alguno y obligar al jugador a rodar para poder esquivar los ataques, los cuales hacen que el jugador consiga vida al acabar con la vida de su agresor.
Como muchos pueden esperar de un juego exclusivo, Bloodborne gráficamente se ve muy bien y promete sacarle todo el potencial a la consola para poder apreciar a la frustración en todo su esplendor.
La historia nos lleva a ciudad en ruinas de Yharnam, en donde se oculta una gran medicina que atrae a numerosos viajeros para poder curar sus problemas. Encarnamos a uno de esos viajeros que rápidamente se da cuenta que los pobladores de esa ciudad están convertidos en monstruos, así que tendrá que eliminar sus obstáculos para poder conseguir la medicina que traerá paz a nuestro personaje.
Bloodborne estará disponible el 24 de marzo del próximo año y se espera que sea más difícil que nunca, pues de los miles de asistentes solo 50 pudieron superar la demo del juego en el último Tokyo Game Show.