Mientras que todas las miradas apuntaban a Assassin’s Creed Unity, el lanzamiento del que podría ser el último AC para PS3 y 360 llega para plantearnos la temática de cómo se siente estar en el bando enemigo.
Con Assassin’s Creed: Rogue estamos ante un nuevo enfoque pero a la vez, propone la chispa que llevó al éxito a Black Flag, por lo que te darás cuenta que este nuevo título dependerá mucho de todo lo que sucedió en la cuarta entrega.
Nuestra aventura sucede años después de la cuarta entrega. Aquí seremos Shay Patrick Cormac, un asesino que trabaja para las fuerzas norteamericanas durante el siglo XVIII. Así, con esta nueva entrega se pretende cerrar el arco argumental donde se encuentran las historias de Connor y Edward Kenway.
Como sabemos, nuestro personaje termina pasando al bando de los templarios ¿Sus motivos? Sentirse traicionado por su anterior organización y dejarlo sin motivos para continuar con la filosofía de los asesinos.
El juego propone una narrativa inteligente en como su protagonista va desarrollándose en su entorno y como nosotros conocemos cuáles son sus ideales y propósitos mientras vemos cómo es el ascenso y la caída de un asesino.
Es cierto que veremos muchas cosas recicladas de Black Flag, pero eso no quita las horas de diversión que tendremos. Así, la pesca, cacería o la mejora de estructuras como Assassin’s Creed II hará de Rogue un título mixto que lleva a por lo alto todo lo que ofrecieron las anteriores entregas de la franquicia.
El cazador que se volvió presa
Dentro de las novedades que ofrece el juego, nos encontramos con nuevas armas como un poderoso lanzagranadas cuya munición puede ser de diferentes tipos como narcótica, enloquecedoras o de metralla, así como un rifle de aire comprimido que nos hará recordar a la cerbatana de la anterior entrega.
Pero lo que sí llama poderosamente la atención es el hecho de que podemos ser atacados por un asesino en cualquier momento si es que no estamos atentos al escenario. Es por eso que debemos estar atentos al sonido y la utilización de nuestra vista de águila que nos indicará dónde se esconden.
Por otro lado, el juego está dividido en tres escenarios. El Valle del Río, un lugar ubicado en la frontera nativa americana donde nos ofrece navegar por los ríos y explorar el lugar que contiene diversos campamentos del ejército francés.
El océano Atlántico Norte, en donde deberemos sobrevivir a mortales corrientes de vientos helados, esquivar o destruir icebergs y andarse con cuidado con los osos polares. Finalmente tenemos la ciudad de New York, lugar que se ve muy diferente al que vimos en la tercera entrega, del cual podemos ayudar a construir cada edificación.
Algo que nos agradó de esta entrega fue el hecho de que los escenarios se vuelven agradables de visitar y no resulta pesado ni aburrido el andar descubriendo los secretos que estos guardan. Por ejemplo, podremos utilizar los icebergs del océano Atlántico Norte como cobertura mientras estemos en la mira de los enemigos.
La pérdida del credo de los asesinos
Otro punto positivo del juego es que vuelven los combates navales, algo muy querido en Black Flag. Esta vez también podremos ser víctimas de ladrones que quieran arrebatarnos nuestro barco.
Sin embargo, en esta ocasión los combates resultan ser algo más sencillos pero no quita el hecho de querer sentirse el gobernante de los mares completando misiones secundarias, donde sí se ofrece grandes retos.
Finalmente en cuanto a aspecto visual, nos hubiera encantado que el título tenga el nivel de detalle que ofrecía su antecesor ya que hay ciertas cosas como los rostros y las secuencias cinemáticas que no terminan agradando a la vista y ni hablar de ciertos problemas en los frames, algo que ya es característico de todos los Assassin´s Creed.
Vamos a decir que Assassin’s Creed Rogue ofrece un punto de vista bastante llamativo cargado de emotividad y profundidad en el aspecto narrativo. Sin embargo, tal vez serás impaciente en el hecho de que el protagonista se tardará en cambiar de bando, pero eso no quita todo la diversión que puedes hacer antes de su caída.
