Mad Max ha vuelto a ser de interés público gracias a su más reciente cinta que ha cosechado buenas críticas y ha sido la sorpresa de este año. Es por eso que Avalanche Studios, creadores del excéntrico Just Cause, han puesto sus manos en este icónico personaje para mostrarnos una historia que ocurrió antes de Mad Max: Fury Road.
Con la propuesta sandbox ya vista en productos de Warner Bros. como Middle-earth: Shadow of Mordor o la trilogía Arkham, Mad Max nos trae esa atmósfera desoladora que tanto caracteriza a la mitología del personaje. Sin embargo, este mundo abierto no ha terminado de convencerme, pese a que el juego inicia con una poderosa cinemática presentándonos la lucha de Max para sobrevivir a este mundo post-apocalíptico.
Conforme vamos avanzando, el juego comienza a tener bajones en la parte narrativa y me inquieta que no detecte algún valor interesante en la historia para seguir llamando al jugador. A Max lo acompañará un anormal sujeto llamado Chumbucket, personaje que nos servirá de “guía turístico” y fiel ayudante en reparar nuestro vehículo, conocido en el juego como “Magnum Opus”, cuando este se vea prendido en llamas al ser dañado por los enemigos.
Con respecto a las misiones, tanto principales como secundarias, nos tomará entre 20 a 30 horas superarlas. Si bien algunos capítulos de la campaña fueron interesantes, el título se ve muy opacado por la repetición de situaciones en las misiones secundarias como conquistar territorios o búsquedas de recursos.
Pasando a hablar sobre el sistema de combate, este, en gran medida, se basa en ir subiendo de nivel para aumentar las habilidades de Max. Una rama de aptitudes bastante llamativas nos ofrecerá mejorar la resistencia de nuestro personaje así como dotarlo de nuevos combos para ejecutar a sus enemigos – ejecuciones que sin duda alguna son brutales –. Además, también podremos actualizar nuestro vehículo para que este sea más resistente a los choques de los convoyes enemigos así como para mejorar el motor y los frenos.
Un punto importante es la salud de Max, la cual no se regenerará por sí sola por lo que debemos recolectar agua y beberla para fortalecernos. Igual sucede con la gasolina, pieza importante para que tu vehículo no se estanque en mitad de la carretera. En un principio, se había prometido que ambas cosas iban a escasear en el juego para tener un estilo de supervivencia, pero el caso no fue así y podremos hacernos de estos elementos en repetidas oportunidades.
Por otro lado, también podremos hacer uso de un gancho cuando estemos en el vehículo para derribar torres de vigilancia o de un potente rifle de francotirador para eliminar desde una distancia prudente a los guardias de las diferentes bases enemigas.
De resto, tenemos la posibilidad de hacer uso de “viajes rápidos” conforme vayamos desbloqueando zonas en nuestro mapa gracias a globos aerostáticos repartidos en ciertos lugares.
Como mencione líneas arriba, el único punto fuerte de este título es su tremenda ambientación, rindiendo un digno tributo a lo desarrollado por George Miller en las cintas.
Mad Max pudo haberse convertido en la sorpresa de este año, pero la falta de interés en profundizar en la narrativa y la insistencia en hacernos repetir las mismas situaciones no termina de convencer.